sábado, 15 de agosto de 2015

EL ROBO DEL AGUA


El 18 de agosto de 1874, el periódico EL ECO DE CARTAGENA, se hacía eco en su sección de crónica local, de una noticia relacionada con los problemas derivados de uso y abuso del agua para el riego.
Los de Monteagudo quedamos situados en un buen puesto de la clasificación general:  " En Monteagudo y término inmediato es donde más abusos se descubrieron...". 
En fin, agua pasada. 

De la «Paz» del 27;
El domingo fue el Sr. Flores, gobernador interino, acompañado del Sr. Rivera, jefe de la guardia civil, hasta los límites del término de Santomera, recorriendo todos los puestos establecidos, con objeto de ver si habían llegado hasta el final  las aguas, y para tomar sobre el terreno  las oportunas medidas para conseguir el objeto.
En Monteagudo y término inmediato es donde más abusos se descubrieron,  viéndose obligado el Sr. Flores a mandar detener a su regreso a varios labradores cuyas tierras estaban rebalsadas de agua, mientras que a la cola del término de Santomera no había llegado a las 9 de la noche, siendo por demás aflictiva la situación de los habitantes de aquel pedazo de término, por la carencia absoluta de agua hasta para beber, y el desarrollo de calenturas perniciosas que empezaba.

Durante la permanencia de ambos jefes en Santomera se cortó por dos veces el agua, y acto continuo salió una pareja, que puesta en combinación con las de  Monteagudo, buscaron al culpable, el que según noticias fué habido regando un campo de alfalfa y ayer sería conducido á Murcia en unión  de otros varios, habiendo multado el Sr. Flores a otros que  se encontraban detenidos.

Se han establecido rondas en todos los términos rurales, que recorren las aguas para que auxilien a la guardia civil.
Los campos  de Monteagudo fueron recorridos por dichos señores y el alcalde pedáneo, para cerciorarse del abuso convelido y obrar con energía, pues debido a esta clase de abusos, el agua no ha corrido todo el trayecto que era indispensable para la salud pública.

Los medios de que se valen los labradores para burlar la vigilancia y no aparecer responsables, es mandar chiquillos o mujeres ancianas al levantar los tablachos, escusándose los dueños con decir que ellos no han mandado les rieguen los campos, pero el Sr. Flores, a quien se le hizo presente lo que ocurría, tomó en el acto medidas que “impediesen” este subterfugio.

—Parece que con el agua de gracia se ha llegado hasta el abuso de venderla

para regar; con este motivo en el ayuntamiento se va a hacer una  información para si es cierto descubrir a los culpables.


             
 Nota aclaratoria: 
El vecino que aparece en la foto portando dos cántaras de agua, no figura entre los detenidos por la Guardia Civil del Sr. Flores. El agua portada era de un pozo de su propiedad y no hay indicios de que intentara venderla para riego.











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